sábado, 16 de enero de 2016

Sopa de brócoli y setas

A veces pienso que lo mejor que tiene el invierno son las sopas. No hay nada más reconfortante, cuando una llega a casa en un día frío, que tomarse una buena sopa... incluso, a veces, aunque sea solo una taza de caldo, y si es con miso mucho mejor.



Hoy voy a contaros como hago esta sopa, una de las tantas que saboreamos en casa, y que además de exquisita, es totalmente vegana.

El caldo:


Obviamente, cualquier sopa que se precie, debe hacerse con un caldo casero. Nada de caldos de cartón, que aunque algunos están bastante bien y sirven para cocinar cualquier otra cosa, no para una sopa donde el 50% de la receta es el caldo en sí. Y menos, muchísimo menos, vamos, prohibido utilizar cubitos.

Lo único que conservo del vegetarianismo, el cual practiqué durante casi diez años, es la forma de hacer caldos: siempre hago caldo de verduras y hortalizas, para cualquier sopa u otra receta que vaya a preparar. Voy a empezar con los ingredientes, porque me comentaron que tras mi primera entrada en este blog, algunas se quejaron de que era muy desordenada, y que no había empezado con los ingredientes... bueno, aquí van los ingredientes, aunque siempre todo es un poco al ojo y al gusto de cada una...

1 Cebolla  
1 Puerro entero (parte verde incluida)
2 ó 3 Ramitas de apio (hojas incluidas)
1 Patata

2 Zanahorias (si vienen con la parte verde mejor)
1 Nabo
2 ó 3 Hojas de laurel
1 Puñado de granos de pimienta negra
Unas ramitas de perejil

Podría decir que estos son los ingredientes básicos, y los que compraría especialmente para hacer un caldo, pero se puede usar cualquier otra verdura u hortaliza que tengamos... por ejemplo, si vamos a hacer esta sopa de brócoli, podemos usar su tallo... Para mi en un caldo de verdura, más es siempre más...

Vamos a necesitar una olla grande, con una capacidad de unos 8 litros. La idea es hacer una gran cantidad de caldo, para utilizar una parte en esta sopa, y el resto guardar en la nevera unos días, para otras preparaciones, o congelar para usar cuando lo necesitemos. Si no queremos hacer tanto, debemos reducir proporcionalmente los ingredientes, claro. 


Lavamos muy bien todas nuestras verduras y hortalizas, teniendo especial cuidado con las hojas del puerro, que iremos separando y lavando toda la tierra que allí siempre se acumula.  La patata, las zanahorias y el nabo no es necesario que se pelen. Recomiendo lavarlos, eso sí, con la esponja de los platos y un poco de lavavajillas... y enjuagar muy bien, claro. La cebolla sí, pelada y lavada.


Colocamos en la olla las hojas del puerro enteras, y la parte blanca cortada al medio transversal y longitudinalmente. Las ramas de apio, quebradas en tres trozos. Las zanahorias con un corte longitudinal y uno transversal. La patata, la cebolla y el nabo cortados en cuatro. La pimienta, las hojas de laurel, y el perejil, tal como están.

Llenamos la olla con agua hasta un par de centímetros de su borde y la ponemos a calentar a fuego alto, hasta que comienza a hervir. Bajamos el fuego lo mínimo posible, para que el caldo se cocine muy lentamente... cocción a fuego lento que le dicen, ¿vio? Es mejor no ponerle sal, y hacerlo cuando se prepara la sopa si queremos. Yo cocino sin sal agregada y prefiero ponerle si me dan ganas al momento de comer junto con la pimienta negra molida.


Transcurridos 30 minutos, apagamos el fuego y separamos las verduras y hortalizas del caldo. Es muy importante hacerlo, porque en caso contrario estas comienzan a ponerse ácidas, y acidifican el caldo. Luego pasamos el caldo por un colador fino y ya lo podemos utilizar para cualquier preparación, o dejar enfriar para luego colocarlo en la nevera o el congelador. 


La sopa:


Ingredientes:


2 cebollas
4 ó 5 dientes de ajo
2 Puerros (solo parte blanca)  
1 Brócoli (brécol)
6 ó 7 Champiñones
6 ó 7 Setas

Cortamos la cebolla en en medios aros, o cuartos si son muy grandes, y la sofreímos en una olla de doble fondo, o de hierro preferiblemente, hasta que quede transparente y comience a tomar color. Agregamos los dientes de ajo (que si bien he dicho 4 ó 5, se pueden poner más o menos según nos guste, al igual que sucedes con la cebolla) picados pequeños o pasados por la prensa de ajos. Yo prefiero la prensa, que pare mi es un artículo indispensable en la cocina... a ver si un día de estos dedico una entrada a esos indispensables...

Freímos un par de minutos más, luego bajamos el fuego y agregamos los puerros, que previamente habremos cortado al medio transversalmente, y luego en medios aros, sobre la cebolla. De momento no revolvemos. Tapamos la olla y dejamos que el puerro "transpire" durante unos cinco minutos. 

Cortamos el brócoli en flores pequeñas, y pasados esos cinco minutos, revolvemos la mezcla que tenemos en la olla, y lo agregamos sobre esta, nuevamente si revolver, y repetimos la operación que hicimos con los puerros (tapamos la olla y dejamos que el brócoli transpire durante cinco minutos).

Pasados estos cinco minutos, revolvemos bien todos los ingredientes y comenzamos a incorporar el caldo, hasta llegar a uno tres o cuatro centímetros debajo del borde de la olla. Ahora agregamos los champiñones, cortados en láminas finas, y las setas en trozos pequeños. A los champiñones, por lo general les quito el tallo, pero no es absolutamente necesario. Además de champis y setas, se pueden usar otros hongos, como portobello, boletus, etc., que pueden agregarse o reemplazar a los otros. 

Si queda lugar, podemos agregar un poco más de caldo, siempre teniendo cuidado de que la olla no se rebalse al hervir...

Ahora solo queda llevar a punto de ebullición, y luego cocinar a fuego lento un mínimo de media hora, aunque la podemos dejar más tiempo para que se reduzca y los sabores se forltalezcan. Si queremos podemos agregarle algún tipo de fideos soperos en los últimos minutos de cocción. 

Ahora a disfrutarla con un poco de pan y, si no somos vaganas, queso parmesano o similar rallado bien fino en el momento.


¡Qué aproveche!


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